"Tras una breve introducción, nos pusimos manos a la obra: se enrollaron cintas de tela, se hicieron nudos y se decoraron con cuentas, plumas y pequeños tesoros. Los niños pudieron elegir libremente sus colores y materiales favoritos, creando atrapasueños muy personales que contienen un trocito de cada uno. 
"¡Yo lo hice!" - esta frase se oía a menudo, llena de orgullo y alegría. Diseñar atrapasueños fomentó la creatividad, la destreza y la confianza en su propia imaginación. Los niños aprendieron que pueden crear algo que les dé seguridad, sobre todo si creen firmemente en ello. Al fin y al cabo, un atrapasueños casero es algo más que un proyecto de manualidades: se convierte en un compañero y protector nocturno. 
Por último, la creatividad volvió a desbordarse: con las cintas de tela y las plumas sobrantes se crearon imaginativos tocados, inspirados en la tradición de los nativos americanos. Los niños quedaron completamente cautivados por el tema del atrapasueños".
- Sarah Uessem
Muchas gracias, queridas Sarah y Silke. 











